Podemos tener muchas ideas de negocio, pero se quedan solo en la mente si no hacemos nada con ellas. ¿Qué pasa si no hacemos nada? ¿Por qué no pasamos a la acción?
Respuestas para la primera pregunta. Si no hacemos nada, nos quedamos donde ya estamos pero a disgusto, porque estaríamos trabajando día a día en algo mientras idealizamos cómo sería trabajar haciendo lo que amamos. Si no hacemos nada, veremos que otras personas ya han estado trabajando con nuestra idea de negocio, entonces nos daremos cuenta de que la idea no era solo nuestra, de que no hemos sido los/las primeros/as en pensarla, y de que no hemos sido tan valientes como nos hubiese gustado ser. Si no hacemos nada, cuando pasen cinco años (o antes) nos preguntaremos, ¿por qué no lo intenté?, ¿por qué preferí quedarme con la duda de si funcionaría?, ¿cómo estaría yo ahora?…y eso podría causarnos mucha frustración.
Respuestas para la segunda pregunta. No pasamos a la acción porque es más cómodo quedarnos en la ilusión de que hubiese sido bonito si… No pasamos a la acción porque preferimos planificar tanto hasta tener todos los detalles listos, pero nunca está todo listo. No pasamos a la acción porque siempre tenemos razones personales, familiares, profesionales, sociales o económicas que pensamos que nos impiden. No pasamos a la acción porque nos llenamos de muchos miedos y esta es la razón más importante de todas.
Tenemos miedo a muchas cosas. Miedo a equivocarnos, miedo a arrepentirnos, miedo a que nos juzguen, miedo a no prever algo que era evidente, miedo a invertir dinero en nuestra idea y perderlo, miedo a invertir tiempo en nuestra idea y perderlo, miedo a dar el paso.
Cuando renuncié a mi trabajo pude identificar que yo tenía “sólo” miedo a dar el paso. Solamente ese miedo me tuvo dos años dándole vueltas a la cabeza; pero me di cuenta de que me daba mucho más miedo no intentarlo y arrepentirme por no haberlo intentado. Pensé…si es que más adelante, por la razón que sea, prefiero volver a trabajar por cuenta ajena, ya me pondré con ello (si es que…).
¿Qué se siente cuando vencemos los miedos? Liberación y felicidad. Nos damos cuenta de que vencer los miedos no es evitarlos, es atravesarlos.